La palabra es luz en la oscuridad
Fuego en las largas noches de invierno
Moviéndose como la serpiente
Azotando las piedras mudas
Haciendo pedazos el descanso insencible
Soy yo la lengua de El Que Brilla
Mi vos es el trueno
Todos los caminos se abren en mí
No hay dolor escondido
No hay vuelo lo suficientemente rápido
Me lanzo en la garra del gavilán
En los ojos del hombre verdadero
Cúbrete la cara con las manos
Finge que no puedes ver
Hago surgir el hedor de tu vanidad
Pero abrázame en tu corazón
Y te haré un hombre puro y limpio.