No existe en la realidad nada que sea siempre igual, porque lo único real es el cambio
Heráclito (siglo VI a. de C.) fue un filósofo griego que se adelantó al pensamiento de filósofos contemporáneos.
Las respuestas hasta ese momento sobre la verdad de lo que realmente existe eran diversas.
Los cuatro elementos, inspiró a la mayoría de los filósofos presocráticos, como Thales que afirmaba que era el agua, o Anaxímenes que creía que era el aire o Heráclito que proponía que era el fuego.
Pero es Heráclito el que cambia totalmente de orientación del pensamiento al observar que todo en la realidad está en perpetuo cambio y que es imposible definir algo porque de inmediato esa cosa se modifica y ya deja de ser lo que era para ser otra.
Nunca tenemos la misma experiencia ni vemos dos veces lo mismo porque las cosas cambian en un constante devenir.
Para Heráclito las cosas no tienen un Ser inmóvil siempre el mismo, lo que existe es un Ser en movimiento que se transforma.
Por lo tanto para Heráclito sólo el cambio existe.
A Heráclito se lo llama “el Oscuro” por la dificultad que encierran los fragmentos que se conservan de su obra.
Heráclito atribuye realidad a lo concreto, múltiple y cambiante, es decir, a un Universo formado por contrarios en perpetua oposición, a lo que el logos o razón, conduce a una síntesis armónica. Existe devenir porque hay tensiones entre contrarios y la realidad es la unidad de los opuestos.
Interpretado a veces como un relativista por su afirmación del cambio, hoy es generalmente considerado como un gran metafísico y como el fundador de la dialéctica, método filosófico que trata de la razón y sus leyes, que procura definir y resolver las contradicciones del pensamiento y de la realidad histórica.
Esta concepción la volveremos a encontrar en algún filósofo antiguo, como Plotino (siglo I después de Cristo), filósofo helenístico nacido en las costas egipcia que combina el pensamiento del mundo griego con una disposición personal mística; y en un filósofo moderno, como Bergson, con algo de escepticismo en la capacidad del hombre de llegar a descubrir lo que verdaderamente existe.
En su cosmología, el fuego constituye el principio material básico de un Universo ordenado, y también el éter en la atmósfera superior.
Por primera vez Heráclito adopta una doble postura, que a partir de él va a ser ejemplar para todos los filósofos; una que consiste en criticar la forma de pensar de sus predesores que no coincidían con él y la otra en proponer una postura propia
Cuando Heráclito termina su actuación filosófica, surge Parménides(siglo VI a. de C.), analizando la idea misma del devenir, del fluir y cambiar de las cosas y encuentra que la idea de Heráclito presenta una contradicción lógica: el Ser deja de Ser lo que Es, para Ser otra cosa.
Parménides dice entonces que la filosofía de Heráclito es absurda, e irracional y se dedica a cambiar el pensamiento metafísico en una dirección que aún hoy se mantiene, descubriendo el principio de identidad.
Cada cosa es igual a si misma, el Ser no puede ser igual al no Ser, el Ser Es, el no Ser no es.