viernes, 17 de junio de 2011

Los hijos sí eligen a sus padres.


“Los hijos sí eligen a sus padres antes de venir a esta realidad. Se acercan por afinidad al grupo de Almas con las que pueden ex­plorar su potencial. Los padres no siempre eligen a los hijos. Pero los últimos en llegar disponen de una información muy valiosa para los que ya están aquí.

Cuidado de un Niño Cristal: El Proceso de Paternidad Conciente

Los Niños Cristal demandan ser cuidados en formas que son muy diferentes del patrón estándar de cuidado.
Primeramente, buscan estar involucrados en el completo proceso de Encarnación/Embarazo justo desde la concepción, si no es que antes. Frecuentemente se comunicarán con sus futuros padres, haciendo ciertas peticiones. En mi experiencia estas peticiones generalmente incluyen cosas como dejar de fumar y patrones de vida más saludables, ya que el niño no puede encarnar en un cuerpo material que sea tóxico en el nivel físico. Puede haber también peticiones para trabajar con el Niño Interior, para eliminar toxinas en los niveles emocional y mental, antes de que la frecuencia más alta del Niño Cristal se sienta segura para encarnar a través de unos padres.
Los Niños Cristal sólo vendrán si son invitados y deseados. Cuando trabajo con madres embarazadas, siempre me aseguro de darle la bienvenida al niño al plano físico y asegurarlo con amor y nutrición, tanto en los procesos de pre-natalidad, y después. Me parece mejor tener una sesión con la madre una vez al mes para asegurarme que todo está bien y para transmitir cualquier mensaje a los padres.
Los Niños Cristal también demandan que AMBOS padres estén involucrados en el proceso de cuidado. He tenido varios mensajes pidiendo que ambos padres estén facultados con poder en el proceso de paternidad. Que ambos padres sean parte de la nutrición y que ambos padres sean parte de proveer. Esto rompe los patrones de falta de poder donde los padres son proveedores, pero emocionalmente ausentes, y las madres son nutricias pero materialmente carentes de poder y dependientes. El Niño Cristal no quiere emplear estos patrones. En lugar de eso, quieren patrones balanceados y paternidad balanceada.
Ellos también quieren que nos involucremos más en los tránsitos ceremoniales o rituales en sus vidas. En el momento además de los rituales de “bienvenida” de la pre-natalidad, que también estemos involucrados en hacer las “Ceremonias de Nombramiento” las cuales incluyen familiares y amigos y que están dirigidas a honrar el nombre que ese niño ha elegido. Y sí, los Niños Cristal siempre eligen sus propios nombres y transmiten esto a sus padres de alguna forma. Así que los padres necesitan escuchar los nombres en lugar de escogerlos! Cuando los Niños Cristal crezcan probablemente también nos guiarán a otros rituales y ceremonias para su progreso a través de la vida física.

domingo, 12 de junio de 2011

ELÉVATE Y CAMBIARÁS AL MUNDO.



ELÉVATE Y CAMBIARÁS AL MUNDO
Oscar Capobianco
Vemos poco, porque miramos mal. Desde el suelo, el panorama es incompleto. Si sólo pisamos la Tierra y miramos para abajo, el Cielo queda lejos. Nos falta perspectiva. Pero si empezamos a elevarnos, veremos un radio mayor al que creíamos era nuestro pequeño destino sobre el planeta. Se amplía el horizonte. El hombre que cambia modifica al entorno y cambia al mundo. Y cambiar no significa, en todos los casos, desechar todo, y quedarse vacío. Podemos conservar lo bello, noble y sano que, en algún lugar de nuestro interior, clama por salir a la luz. No nos contentemos con lo que vemos con nuestros ojos físicos. Esa es la imagen falsa que nos hace creer en la desgracia, en la impotencia, en que todo ya está predestinado. Cuando nos quitamos de la costumbre, de la inacción y empezamos un camino ascendente interno, el paisaje es distinto. Aparecen soles nuevos, días límpidos, frescos arroyos, besándonos los pies…
Y nos preguntaremos ¿cómo no los vi antes? Es muy simple. Vivíamos dormidos, anestesiados por las rutinas, por la tonta idea de cumplir sólo con las obligaciones mundanas, que alguien nos hizo creer que era el deber. Lo que no nos dijeron, es que podíamos cambiar para liberarnos, para recuperar nuestras esenciales espirituales. Lo que nos trajo “de paso”, nada más que de paso por esta escuela. Ahora, podremos elegir. Un privilegio que siempre tuvimos negado. Decirnos: Quiero ser como siento. Ese es el decreto más movilizador. Aparecerán cientos de oportunidad para empezar a decir que no a muchas cosas. Aceptaremos lo que nos aporte. Se abrirán oportunidades antes vedadas por el temor. Nunca olvidemos que somos dueños de nuestros destinos. Ningún ser maligno nos está castigando. Sólo nos duele lo que no evitamos por nuestra ignorancia. El conocimiento no basta. Hay que nutrir el cerebro, pero purificar el alma. Es muy distinto. Quitarle lastre, la capa pesada y oscura que la hace desfallecer. En suma, elévate y cambiarás al mundo. Tu mundo no es el que elijan los otros para ellos o para vos. Se dueño de toda la maravilla que significa la liberación. Rebelde, no revolucionario. Dulce, lleno de amor, pero no sometido. Capaz de equivocarte, no inmovilizado por miedo al error. Yo te aseguro que verás un amanecer distinto, lleno de vida nueva. Y no es una metáfora poética. Es un regalo de la Existencia, que espera por vos. No te lo pierdas.
Oscar Capobianco. http://www.oscarcapobianco.com/

El Maíz.


EL MAÍZ
I

El maíz del Anáhuac,
el maíz de olas fieles,
cuerpo de los mexitlis,
a mi cuerpo se viene.
En el viento me huye,
jugando a que lo encuentre,
y que me cubre y me baña
el Quetzalcóatl(1) verde
de las colas trabadas
que lamen y que hieren.
Braceo en la oleada
como el que nade siempre;
a puñados recojo
las pechugas huyentes,
riendo risa india
que mofa y que consiente,
y voy ciega en marea
verde resplandeciente,
braceándole la vida,
braceándole la muerte!

II

El Anáhuac lo ensanchan
maizales que crecen.
La tierra, por divina,
parece que la vuelen.
En la luz sólo existen
eternidades verdes,
remada de esplendores
que bajan y que ascienden.
Las Sierras Madres pasa
su pasión vehemente.
El indio que los cruza
“como que no parece”.
Maizal hasta donde
lo postrero emblanquece,
y México se acaba
donde el maíz se muere.

III

Por bocado de Xóchitl,
madre de las mujeres,
porque el umbral en hijos
y en danza reverbere,
se matan los mexitlis
como Tlálocs(2) que jueguen
y la piel del Anáhuac
de escamas resplandece.
Xóchitl va caminando
filos y filos verdes.
Su hombre halló tendido
en caña de la muerte.
La besa con el beso
que a la nada desciende
y le siembra la carne
en el Anáhuac leve,
en donde llama un cuerno
por el que todo vuelve...

IV

Mazorca del aire(3)
y mazorcal terrestre,
el tendal de los muertos
y el Quetzatcóatl verde,
se están como uno solo
mitad frío y ardiente,
y la mano en la mano,
se velan y se tienen.
Están en turno y pausa
que el Anáhuac comprende,
hasta que el silbo largo
por los maíces suene
de que las cañas rotas
dancen y desperecen:
¡eternidad que va
y eternidad que viene!

V

Las mesas del maíz
quieren que yo me acuerde.
El corro está mirándome
fugaz y eternamente.
Los sentados son órganos(4),
las sentadas magueyes.
Delante de mi pecho
la mazorcada tienden.

De la voz y los modos
gracia tolteca llueve.
La casta come lento,
como el venado bebe.
Dorados son el hombre,
el bocado, el aceite,
y en sesgo de ave pasan
las jícaras alegres.
Otra vez me tuvieron
éstos que aquí me tienen,
y el corro, de lo eterno,
parece que espejee...

VI

El santo maíz sube
en un ímpetu verde,
y dormido se llena
de tórtolas ardientes.
El secreto maíz
en vaina fresca hierve
y hierve de unos crótalos
y de unos hidromieles.
El dios que lo consuma,
es dios que lo enceguece:
le da forma de ofrenda
por dársela ferviente;
en voladores hálitos
su entrega se disuelve.
Y México se acaba
donde la milpa(5) muere.

VII

El pecho del maíz
su fervor lo retiene.
El ojo del maíz
tiene el abismo breve.
El habla del maíz
en valva y valva envuelve.
Ley vieja del maíz,
caída no perece,
y el hombre del maíz
se juega, no se pierde.
Ahora es en Anáhuac
y ya fue en el Oriente:
¡eternidades van
y eternidades vienen!

VII


Molinos rompe-cielos
mis ojos no los quieren.
El maizal no aman
y su harina no muelen:
no come grano santo
la hiperbórea gente.
Cuando mecen sus hijos
de otra mecida mecen,
en vez de los niveles
de balanceadas frentes.
A costas del maíz
mejor que no naveguen:
maíz de nuestra boca
lo coma quien lo rece.
El cuerno mexicano
de maizal se vierte
y así tiemblan los pulsos
en trance de cogerle
y así canta la sangre
con el arcángel verde,
porque el mágico Anáhuac
se ama perdidamente...

IX

Hace años que el maíz
no me canta en las sienes
ni corre por mis ojos
su crinada serpiente.
Me faltan los maíces
y me sobran las mieses.
Y al sueño, en vez de Anáhuac,
le dejo que me suelte
su mazorca infinita
que me aplaca y me duerme.
Y grano rojo y negro(6)
y dorado y en cierne,
el sueño sin Anáhuac
me cuenta hasta mi muerte.

Gabriela Mistral

Notas

(1) Quetzalcóatl, la serpiente emplumada dc los aztecas.
(2) Espíritus juguetones del agua.
(3) Alusión al fresco del maíz de Diego Rivera llamado "Fecundación".
(4) Cactus cirial simple.
(5) "Milpa", el maizal en lengua indígena.
(6) Especies coloreadas del maíz

viernes, 10 de junio de 2011

Feliz Cumpleaños 61.


La dulce vida entre la hierba verde



Hay un silencio, abajo, de estatuas destruidas.
Amanece.
Recuerdas
el amor con su ambiente de barco amotinado,
la vida como un sueño con tesoros y mapas,
el rocío y su lava de cristal.

Amanece. Recuerdas.
Los caballos rompieron la lluvia con sus cascos;
las torres eran parte de tu sangre,
tu muerte se añadía a las campanas.

En su memoria azul,
río abajo, las aguas te recuerdan ahora;
te apoyas en un muro matizado de hiedra,
el carbón de la vida
se consume en tus ojos
y la nieve
sofoca el fuego de tus manos.

No preguntaste entonces quién movía las águilas,
quién juntó las tinieblas y los lobos
quién sembró la semilla del árbol del ahorcado.

Cuando ardía el laurel y se quebraba el hielo.
Cuando tu corazón se asociaba a la escarcha.
Cuando la luz fue parte de la noche.

Cuando el sol extendía su óxido por la arena
alguien te vio dejar,
perdida junto al cisne redondo de la luna,
la dulce vida entre la hierba verde.

De "Un caso sencillo"1986 Benjamín Prado.

jueves, 9 de junio de 2011

martes, 7 de junio de 2011

Dos Himnos. G.Mistral



Dos himnos.
A don Eduardo Santos
I
"Sol del Trópico" Gabriela Mistral

Sol de los Incas, sol de los Mayas,
maduro sol americano,
sol en que mayas y quichés
reconocieron y adoraron,
y en el que viejos aimaraes
como el ámbar fueron quemados.
Faisán rojo cuando levantas
y cuando medias, faisán blanco,
sol pintador y tatuador
de casta de hombre y de leopardo.

Sol de montañas y de valles,
de los abismos y los llanos,
Rafael de las marchas nuestras,
lebrel de oro de nuestros pasos,
por toda tierra y todo mar
santo y seña de mis hermanos.
Si nos perdemos, que nos busquen
en unos limos abrasados,
donde existe el árbol del pan
y padece el árbol del bálsamo.

Sol del Cuzco, blanco en la puna,
Sol de México, canto dorado,
canto rodado sobre el Mayab
maíz de fuego no comulgado,
por el que gimen las gargantas
levantadas a tu viático;
corriendo vas por los azules
estrictos o jesucristianos,
ciervo blanco o enrojecido,
siempre herido, nunca cazado...

Sol de los Andes, cifra nuestra,
veedor de hombres americanos,
pastor ardiendo de grey ardiendo
y tierra ardiendo en su milagro,
que ni se funde ni nos funde,
que no devora ni es devorado;
quetzal de fuego emblanquecido
que cría y nutre pueblos mágicos;
llama pasmado en rutas blancas
guiando llamas alucinados...

Raíz del cielo, curador
de los indios alanceados;
brazo santo cuando los salvas,
cuando los matas, amor santo.
Quetzalcóatl, padre de oficios
de la casta de ojo almendrado,
el moledor de los añiles,
el tejedor de algodón cándido.
Los telares indios enhebras
con colibríes alocados
y das las grecas pintureadas
al mujerío de Tacámbaro.
¡Pájaro Roc plumón que empolla
dos orientes desenfrenados!

Llegas piadoso y absoluto
según los dioses no llegaron,
tórtolas blancas en bandada,
maná que baja sin doblarnos.
No sabemos qué es lo que hicimos
para vivir transfigurados.
En especies solares nuestros
Viracochas se confesaron,
y sus cuerpos los recogimos
en sacramento calcinado.
A tu llama fié a los míos,
en parva de ascuas acostados.
Sobre tendal de salamandras
duermen y sueñan sus cuerpos santos.
O caminan contra el crepúsculo,
encendidos como retamos,
azafranes sobre el poniente,
medio Adanes, medio topacios...
Desnuda mírame y reconóceme,
si no me viste en cuarenta años,
con Pirámide de tu nombre
con pitahayas y con mangos,
con los flamencos de la aurora
y los lagartos tornasolados.
¡Como el maguey, como la yuca,
como el cántaro del peruano,
como la jícara de Uruápan,
como la quena de mil años,
a ti me vuelvo, a ti me entrego,
en ti me abro, en ti me baño!
Tómame como los tomaste,
el poro al poro, el gajo al gajo,
y ponme entre ellos a vivir,
pasmada dentro de tu pasmo.
Pisé los cuarzos extranjeros,
comí sus frutos mercenarios;
en mesa dura y vaso sordo
bebí hidromieles que eran lánguidos;
recé oraciones mortecinas
y me canté los himnos bárbaros
y dormí donde son dragones
rotos y muertos los Zodíacos.
Te devuelvo por mis mayores
formas y bulto en que me alzaron.
Riégame así con rojo riego;
dame el hervir vuelta tu caldo.
Emblanquéceme u oscuréceme
en tus lejías y tus cáusticos.
¡Quémame tú los torpes miedos,
sécame lodos, avienta engaños;
tuéstame habla, árdeme ojos,
sollama boca, resuello y canto,
límpiame oídos, lávame vistas,
purifica manos y tactos!
Hazme las sangres y las leches,
y los tuétanos, y los llantos.
Mis sudores y mis heridas
sécame en lomos y en costados.
Y otra vez íntegra incorpórame
a los coros que te danzaron,
los coros mágicos, mecidos
sobre Palenque y Tihuanaco.
Gentes quechuas y gentes mayas
te juramos lo que jurábamos.
De ti rodamos hacia el Tiempo
y subiremos a tu regazo;
de ti caímos en grumos de oro,
en vellón de oro desgajado,
y a ti entraremos rectamente
según dijeron Incas Magos.
¡Como racimos al lagar
volveremos los que bajamos,
como el cardumen de oro sube
a flor de mar arrebatado
y van las grandes anacondas
subiendo al silbo del llamado!


II

CORDILLERA Gabriela Mistral

¡Cordillera de los Andes,
Madre yacente y Madre que anda,
que de niños nos enloquece
y hace morir cuando nos falta;
que en los metales y el amianto
nos aupaste las entrañas;
hallazgo de los primogénitos,
de Mama Ocllo y Manco Cápac,
tremendo amor y alzado cuerno
del hidromiel de la esperanza!

Jadeadora del Zodíaco,
sobre la esfera galopada;
corredora de meridianos,
piedra Mazzepa que no se cansa,
Atalanta que en la carrera
es el camino y es la marcha,
y nos lleva, pecho con pecho,
a lo madre y lo marejada,
a maná blanco y peán rojo
de nuestra bienaventuranza.

Caminas, madre, sin rodillas,
dura de ímpetu y confianza;
con tus siete pueblos caminas
en tus faldas acigüeñadas;
caminas la noche y el día,
desde mi Estrecho a Santa Marta,
y subes de las aguas últimas
la cornamenta del Aconcagua.
Pasas el valle de mis leches,
amoratando la higuerada;
cruzas el cíngulo de fuego
y los ríos Dioscuros lanzas
pruebas Sargassos de salmuera
y desciendes alucinada...

Viboreas de las señales
del camino del Inca Huayna,
veteada de ingenierías
y tropeles de alpaca y llama,
de la hebra del indio atónito
y del ¡ay! de la quena mágica.
Donde son valles, son dulzuras;
donde repechas, das el ansia;
donde azurea el altiplano
es la anchura de la alabanza.

Extendida como una amante
y en los soles reverberada,
punzas al indio y al venado
con el jengibre y con la salvia;
en las carnes vivas te oyes
lento hormiguero, sorda vizcacha;
oyes al puma ayuntamiento
y a la nevera, despeñada,
y te escuchas el propio amor
en tumbo y tumbo de tu lava.
Bajan de ti, bajan cantando,
como de nupcias consumadas,
tumbadores de las caobas
y rompedor de araucarias.

Aleluya por el tenerte
para cosecha de las fábulas,
alto ciervo que vio San Jorge
de cornamenta aureolada
y el fantasma del Viracocha,
vaho de niebla y vaho de habla.
¡Por las noches nos acordamos
de bestia negra y plateada,
leona que era nuestra madre
y de pie nos amamantaba!

En los umbrales de mis casas,
tengo tu sombra amoratada.
Hago, sonámbulo, mis rutas,
en seguimiento de tu espalda,
o devanándome en tu niebla,
o tanteando un flanco de arca;
y la tarde me cae al pecho
en una madre desollada.
¡Ancha pasión, por la pasión
de hombros de hijos jadeada!

¡Carne de piedra de la América,
halalí de piedras rodadas,
sueño de piedra que soñamos,
piedras del mundo pastoreadas;
enderezarse de las piedras
para juntarse con sus almas!
¡En el cerco del valle de Elqui
bajo la luna de fantasma,
no sabemos si somos hombres
o somos peñas arrobadas!

Vuelven los tiempos en sordo río
y se les oye la arribada
a la meseta de los Cuzcos
que es la peana de la gracia.
Silbaste el silbo subterráneo
a la gente color del ámbar;
no desatamos el mensaje
enrollado de salamandra;
y de tus tajos recogemos
nuestro destino en bocanada.

¡Anduvimos como los hijos
que perdieron signo y palabra,
como beduino o ismaelita,
como las peñas hondeadas,
vagabundos envilecidos,
gajos pisados de vid santa,
vagabundos envilecidos,
como amantes que se encontraran!

Otra vez somos los que fuimos,
cinta de hombres, anillo que anda,
viejo tropel, larga costumbre
en derechura a la peana,
donde quedó la madre augur
que desde cuatro siglos llama,
en toda noche de los Andes
y con el grito que es lanzada.
Otra vez suben nuestros coros
y el roto anillo de la danza,

por caminos que eran de chasquis
y en pespunte de llamaradas.
Son otra vez adoratorios
jaloneando la montaña
y la espiral en que columpian
mirra-copal, mirra-copaiba,
¡para tu gozo y nuestro gozo
balsámica y embalsamada!

El fueguino sube al Caribe
por tus punas espejeadas;
a criaturas de salares
y de pinar lleva a las palmas.
Nos devuelves al Quetzalcóatl
acarreándonos al maya,
y en las mesetas cansa-cielos,
donde es la luz transfigurada,
braceadora, ata tus pueblos
como juncales de sábana.

¡Suelde el caldo de tus metales
los pueblos rotos de tus abras;
cose tus ríos vagabundos,
tus vertientes acainadas.
Puño de hielo, palma de fuego,
a hielo y fuego purifícanos!
Te llamemos en aleluya
y en letanía arrebatada:
¡Especie eterna y suspendida,
Alta-ciudad -Torres-doradas,
Pascual Arribo de tu gente,
Arca tendida de tu Alianza!

Gabriela Mistral

viernes, 3 de junio de 2011

SER, O NO SER...


" SERÁS LO QUE DEBAS SER, O NO SERÁS NADA"