Si ya estoy marcada a fuego
señalada, inundada de vos
que venís del cielo.
Si te pertenezco por derecho
y envión del círculo
son tus huellas las mías
esas que no borramos
que nos esperan, impregnadas
del dulce aliento de las ganas
de ansias postergadas, quemadas
de sueños celestes, abarrotados, fluyendo
livianos, asorados, iluminados.
Mis registros te anhelan, no sabes cuanto
los códigos de Leonardo.
Te esperan acurrucadas mis palomas
mis manos, mi cintura.
El acorde lento de motor, desvencijado
las dactilares intactas como mandalas.
Encantadas las ondinas me susurran
Él no esta tan lejos, cierra los ojos
abre las ventanas, huele su perfume
acaricia su alma.
Te visita no solo por las noches,
El Sol siempre anda , sobre sus ruedas
no detiene nunca su marcha.