martes, 5 de octubre de 2010

Rabindranath Tagore.



Rabindranath Tagore

El camino

Allí donde existen los caminos, pierdo mi camino.
En el ancho mar, en lo azul del vasto cielo nadie trazó rutas jamás.
Las alas de los pájaros y su canto, la llamita de las estrellas, las flores en ronda de las
estaciones, ocultan el sendero.
Y he preguntado a mi corazón: ¿Acaso tu sangre, el paso de la sangre, no conoce el camino
invisible?

* * * * *

En el límite de la mañana

Hemos llegado al límite del invierno.
Desde aquí vemos ya a la primavera tendida en el campo. Vuelven los colores tras
un largo asueto. Y la luna se asoma en un claro balcón. ¡Oh alma mía!
Mira el pequeño río azul que nos separa de la estación dichosa. Respira el dulce viento
que viene de la lejanía inaugurando las flores a su paso. Mira el puentecillo delgado como
un suspiro, que hemos de atravesar esta noche. Mira el mañana a los ojos, ¡oh, alma mía!
Deja de este lado del río tu pálida sonrisa y tu mirada triste. Deja las palabras cansadas y
las antiguas canciones. Despójate del pasado como de una vieja túnica. Entonemos los
cantos que despiertan el porvenir. Y corramos enlazados a cruzar el puente que nos
separa del mañana florido y encantado. Alma mía, ¡oh alma mía!