viernes, 22 de octubre de 2010

DECADRÓN




EL DECADRÓN DE LOS MAESTROS INTRATERRENOS

Del libro de Ricardo González , "Los Maestros de Paititi".

Los Maestros llevan una vida monástica, dedicados a la oración y al trabajo interno. Ellos se rigen por un código muy antiguo que denominan Decadrón ; un conjunto de 10 elevadas leyes que orientan la evolución del mundo intraterreno:
Primera Ley: “El verdadero estudiante de la Vida empieza estudiándose a sí mismo”.

Segunda Ley: “La Luz verdadera alumbra o ciega según la actitud del estudiante”.

Tercera Ley: “El verdadero soldado de la Luz batalla amando al enemigo”.

Cuarta Ley: “La verdadera protección radica en el control del miedo interior”.

Quinta Ley: “El verdadero Maestro enseña con el ejemplo”.

Sexta Ley: “El verdadero mensajero es aquel que sólo transmite el mensaje”.

Séptima Ley: “La Fe verdadera se sustenta en el conocimiento”.

Octava Ley: “La sagrada doctrina se torna aún más sagrada si se es consecuente con ella”.

Novena Ley: “El verdadero Templo es aquel que se construye sobre la base de sentimientos, pensamientos y actitudes”.

Décima Ley: “El verdadero Místico es aquel que pone en práctica los principios del Cielo y que muere constantemente por amor al prójimo”.


Tal como lo dicen los Maestros, el Decadrón se basa en las propias leyes cósmicas que rigen el Universo, y sólo a través de la correcta meditación, se puede acariciar el significado profundo de cuanto señalan las sencillas y luminosas palabras de los Antiguos.

La vestimenta de los Maestros consta por lo general de largas y bellísimas túnicas. Estas pueden ser blancas, azules o doradas, según la función que cumple el ser que la lleva consigo. Todos se saludan con la mano izquierda, como símbolo de paz y tranquilidad —ya que la mano derecha representa la fuerza—. Ello resulta interesante porque en varias experiencias de contacto físico los Guías saludaban levantando su mano izquierda. Alcir también hizo lo propio durante el contacto en Pusharo y ello nos recuerda que Cachán, el único machiguenga que estaba en contacto con la Hermandad Blanca , saludaba sólo con su mano izquierda, a diferencia de toda la tribu. Es interesante además observar en más de una antigua pintura rupestre, una mano izquierda pintada con insistencia en las paredes de las cavernas. Todo esto es muy sugerente.

En el monasterio interior existen salas especialmente diseñadas para la meditación, donde se lleva a cabo un diálogo con la esencia divina que mora dentro de la apariencia física. La meditación es una de las actividades más sagradas en el Paititi subterráneo. Sin embargo, no todo es meditación en el mundo interior.

Cada miembro del retiro tiene una responsabilidad; unos se dedican al cuidado de las galerías; otros a la distribución de víveres (la alimentación es a partir de vegetales y frutas, combinados con extractos de minerales que se consiguen en las áreas dedicadas al aprovechamiento del subsuelo); un grupo de sacerdotes vela por los archivos y las máquinas; otros, hallan su función en los sistemas de transmisión, entre otras tareas.

Los sistemas de transmisión —en los cuales las facultades psíquicas y la tecnología se concilian— permiten a los intraterrenos estar en continuo enlace, conociendo a la distancia todo lo que ocurre en los distintos retiros que existen en el planeta. No obstante, cada cierto tiempo se agrupa toda la Jerarquía; estos grandes cónclaves y concilios se realizan para debatir temas de gran importancia y trascendencia dentro del Plan. Según nuestro calendario una de estas magnas reuniones se llevaría a cabo en el mes de agosto, lo cual explica porqué precisamente en ese mes se realizan los viajes más ambiciosos de nuestros grupos de contacto.

Estas reuniones tienen como escenario el continente sudamericano; el lugar preciso es secreto y sólo lo conocen los Maestros. Quien dirige esta elevada actividad es una bellísima mujer, la más alta Jerarquía del cónclave, quien se caracteriza por poseer una profunda sabiduría y un gran amor por la humanidad. Poco sabemos sobre este elevado espíritu que muchas veces ha dejado sentir su radiante presencia a la humanidad.

Sobre la apariencia física de los seres que habitan en la ciudad subterránea del Paititi, no debemos alarmarnos, su aspecto es humano, aunque en algunos se puede apreciar una fisonomía algo estilizada; esto, porque muchos son mestizos entre razas del espacio y de nuestro mundo. Como ya expliqué en líneas anteriores, ello originó el gigantismo, que aún conservan un grupo de seres intraterrenos del Paititi. Pero no todos. El aspecto de muchos es tan humano que fácilmente podrían mezclarse con la población de nuestro planeta; sin embargo, en los últimos tiempos han dejado de hacerlo. Para hacer llegar sus enseñanzas se han valido de emisarios, que son seres humanos que ya han tenido un contacto directo con la Jerarquía, divulgando sabiamente los misterios de la Hermandad Blanca a aquellos que están preparados a recibirlos. Los Maestros del mundo intraterrestre no intervienen directamente en estas operaciones —como muchos han creído—, sino que se valen de métodos mucho más ingeniosos para compartir el mensaje.

Aquí debo mencionar los denominados retiros externos , que son conformados por gente comprometida con la labor del Gobierno Interno Positivo del planeta. Ellos también transmiten las enseñanzas, ya sea a través de conferencias, libros, y, principalmente, procurando divulgar el mensaje con el EJEMPLO.

Es así como los Maestros llegan a nuestra humanidad de superficie; sin embargo, sólo me he referido a uno de los aspectos del plan de ayuda. Los Sabios intraterrenos pueden “conectarse” mentalmente con nosotros, inspirándonos profundos sentimientos de paz, amor y armonía. En sueños —definitivamente la vía de comunicación más empleada por ellos, a diferencia de los Guías extraterrestres que utilizan con mayor frecuencia los mensajes telepáticos—, la persona podría estar siendo asistida por estos seres, sin recordar muchas veces lo que “escuchó” o “visualizó” en sueños. De pronto uno se despierta diferente, con un ánimo distinto, con mayor seguridad y con gran energía. Todo este despliegue procura suplir la presencia física de los Maestros en nuestro mundo de superficie. Para contactar físicamente con ellos —una vez que se nos dio la invitación para vivir tal experiencia—, tendríamos que aproximarnos a los lugares donde habitan para así facilitar el encuentro. No en vano, desde los inicios de la experiencia de contacto los Guías fueron muy claros al referirse sobre este punto: Viajar a los diversos retiros interiores para contactar con la Jerarquía planetaria. Si el lector está familiarizado con este proceso, sabrá muy bien que los viajes clave de la misión de contacto estuvieron dirigidos principalmente hacia éste punto. No olvidemos que es la Gran Hermandad Blanca de la Tierra la que entregará el denominado “Libro de los de las Vestiduras Blancas”.