Murió el mar un diecisiete de octubre
de la mano de la madre
y la espada del bien
balanza en la rejilla dio la orden
ángel dorado polvo de estrellas
con su capa de sabiduría
compasión y fuerza
arrollaron el pasado
como lengua viperina
dentro del cofre del tiempo quedó
sin recuerdos en mi éter
no existencia
es ahora
registro puro
nueva octava
germinando en oro alquímico
nuevo yang
alba clarea en otra hoguera
nueva agua intraterrena
lago manso, lejos quedó el mar.
En otra vuelta de círculo
nos volveremos a encontrar
ahora es tiempo germinando
para otras almas enlazar.