miércoles, 2 de diciembre de 2009

Nada que hacer, sólo ser...


No recuerdo dónde

quedaron mis alas

en que lugar las olvidé

o quién acaso me las robó

triste mi niña las reclama

mis latidos rasguñan carne

se ahogan en sangre caliente

no ven celestes ni azules
mis ojos

lágrimas empañan la esfera

los grises son los patrones

ahora como nunca
y plumas atragantan la traquea.

efluvios se sueltan locos

escapando de su cruel cárcel
te buscan,
se van contigo, para que le cantes

una nana nuevita

unas palmadas doradas al alma.