sábado, 10 de octubre de 2009

Conversaciones con Dios III Neale D. Walsch




Neale Donald Walsch
Conversaciones con Dios 3

¿En realidad está en peligro nuestro mundo? ¿Nuestra especie está jugueteando con la autodestrucción y la extinción?
Sí y a no ser que consideren la posibilidad real de eso, no podrán evitarlo, porque lo que resisten, persiste. Sólo que acepten puede desaparecer.
Recuerda también lo que te dije sobre el tiempo y los eventos. Todos los eventos que puedas imaginar (en realidad, que has imaginado) están sucediendo en este momento, en el Momento Eterno. Éste es el Instante Sagrado. Éste es el Momento que precede tu consciencia. Es lo que está sucediendo antes de que la Luz llegue a ti. ¡Éste es el momento presente, enviado a ti, creado por ti, antes de que lo sepas! Llaman a esto el “presente”. ES un “presente”. Es el mayor regalo que Dios les ha dado.
Tienes la habilidad de elegir cuál, entre todas las experiencias que has imaginado, eliges experimentar ahora.
Ya lo dijiste y ahora empiezo a comprenderlo, incluso dentro de mi percepción limitada. Nada de esto es en realidad “real”, ¿no es así?
No. Estas viviendo una ilusión. Éste es un gran espectáculo de magia. Estás pretendiendo que no conoces los trucos, a pesar de que eres el mago.
Es importante recordar esto, pues de lo contrario, harás todo muy real.
Lo que veo, siento, huelo y toco parece muy real. Si eso no es “realidad”, ¿qué es?
Ten en mente que lo que estás mirando no lo estás “viendo” realmente.
Tú cerebro no es la fuente de tu inteligencia. Es simplemente un procesador de información. Capta la información a través de receptores llamados tus sentidos. Interpreta esta energía en formación de acuerdo con su información previa sobre el tema. Te dice lo que percibe, no lo que es realmente. Basado en estas percepciones piensas que conoces la verdad sobre algo, cuando en realidad, no conoces ni la mitad. Estás creando la verdad que conoces.
Incluyendo todo este diálogo Contigo.
Casi seguramente.
Me temo que eso sólo dará armas a aquellos que dicen: “Él no está hablando con Dios. Está inventando todo”.
Diles con amabilidad que podrían tratar de pensar “fuera del contexto”. Están pensando “si/o”. Podrían tratar de pensar “ambos/y”.
No puedes comprender a Dios, si piensas dentro de tus valores, conceptos y comprensiones actuales. Si deseas comprender a Dios, debes desear aceptar eso sobre lo que en la actualidad tienes información limitada, en lugar de asegurar que sabes todo lo que hay que saber sobre el tema.
Atraigo tu atención hacia las palabras de Werner Erhard, que declaró que la claridad verdadera sólo llega cuando alguien desea notar: hay algo que no sé, el conocimiento de lo cual podría cambiar todo.
Es posible que ambos estén “hablando con Dios” e “inventándolo todo”.
En realidad, ésta es la mayor verdad: estás inventando todo.
La vida es El Proceso mediante el cual todo se está creando. Dios es la energía (la energía pura y en bruto) que ustedes llaman vida. Con este conocimiento llegamos a una nueva verdad.
Dios es un Proceso.
Pensé que habías dicho que Dios era una Colectividad, que Dios es EL TODO.
Lo dije y Dios lo es. Dios es también El Proceso mediante el cual Todo es creado y se experimenta a sí mismo.
Ya te había revelado esto.
Sí, sí. Me diste esa sabiduría cuando escribía un folleto llamado Re-creating Yourself.
Así fue. Ahora lo digo aquí, para que lo reciba una audiencia mucho mayor.
Dios es un Proceso.
Dios no es una persona, un lugar o una cosa. Dios es exactamente lo que siempre has pensado que es, pero que no lo has comprendido.
¿De nuevo?
Siempre has pensado que Dios es el Ser Supremo.
Sí.
Tienes razón en eso. Soy exactamente eso. UN SER. Nota que “ser” no es una cosa, es un proceso..
Soy el Ser Supremo. Esto es, Supremo, coma, ser.
No soy el resultado de un proceso; Yo soy El Proceso en sí. Yo soy el Creador. El Creador y Yo son El Proceso mediante el cual Yo soy creado.
Todo lo que ves en el cielo y en la tierra soy Yo, siendo creado. El Proceso de la Creación nunca termina. Nunca está completo. Nunca estoy “terminado”. Ésta es otra forma de decir que todo está cambiando siempre. Nada se queda quieto. Nada, nada, está sin movimiento. Todo es energía en movimiento. ¡En su lenguaje terrenal han llamado a esto “Emoción”!
¡Ustedes son la mayor emoción de Dios!
Cuando miras una cosa, no miras “algo” estático que “está allí” en el tiempo y en el espacio. ¡No! Estás atestiguando un evento, porque todo se está moviendo, cambiando, evolucionando. Todo.
Fue Buckminster Fuller quien dijo: “Parece que soy un verbo”. Tenía razón.
Dios es un evento. Ustedes han llamado ha ese evento vida. La vida es un Proceso. Ese Proceso es observable, conocible, predecible. Mientras más observas, más sabes y más puedes predecir.
Eso es algo difícil para mí. Siempre pensé que Dios es el Incambiable. El Uno Constante. El Movedor Inmovible. Fue dentro de esta verdad absoluta inescrutable donde encontré mi seguridad.
¡Esa es la verdad! La verdad Incambiable es que Dios está siempre cambiando. Ésa es la verdad y no puedes hacer nada para cambiarla. Lo que nunca cambia es que todo está siempre cambiando.
La vida es cambio. Dios es vida.
Por lo tanto, Dios es cambio.
Deseo creer que una cosa que nunca cambia es el amor de Dios por nosotros.
Mi amor por ustedes está cambiando siempre, porque ustedes siempre están cambiando y los amo como son. Para que Yo los ame como son, Mi idea de lo que es “amado” debe cambiar cuando su idea de Quienes Son cambie.
¿Quieres decir que me encuentras digno de amor, incluso si decido que Quien Soy es un asesino?
Ya habíamos hablado sobre esto.
Lo sé, ¡pero no puedo comprenderlo!
Nadie hace nada inapropiado, dado su modelo del mundo. Siempre los amo en todas las formas. No hay “forma” en que puedan ser que haga que Yo no los ame.
Sin embargo, nos castigas, ¿no es así? Nos castigas amorosamente. Nos enviarás al tormento eterno, con amor en Tu corazón y tristeza porque tienes que hacerlo.
No, no tengo tristeza, nunca, porque no hay nada que Yo”tenga que hacer”. ¿Quién haría que “tuviera que hacerlo”?
Nunca los castigaré, aunque pueden elegir castigarse a sí mismos en esta vida o en otra, hasta que ya no lo hagan más. Yo no los castigaré porque no me han herido o dañado ni pueden herir o dañar a ninguna Parte de Mí, que todos ustedes son.
Uno de ustedes puede elegir sentirse herido o dañado; sin embargo, cuando regresen al reino eterno, verán que no fueron dañados en forma alguna. En ese momento, perdonarán a aquellos que imaginaron que los habían dañado, porque habrán comprendido el plan supremo.
¿Cuál es el plan supremo?
¿Recuerdas la parábola de La Pequeña Alma y el Sol, que te di en el Libro 1?
Sí.
Esa parábola tiene una segunda mitad. Ésta es:
“Puedes elegir ser cualquier parte de Dios que desees ser”, le dije a la Pequeña Alma. “Eres Divinidad Absoluta, experimentándose a sí misma. ¿Qué Aspecto de la Divinidad deseas experimentar ahora como Tú?”
“¿Quieres decir que tengo una alternativa?”, pregunto la Pequeña Alma.
Yo respondí: “Sí. Puedes elegir experimentar cualquier Aspecto de Divinidad en, como y a través de ti”.
“De acuerdo”, dijo la Pequeña Alma, “entonces, elijo el Perdón. Deseo experimentar a mi Yo como ese Aspecto de Dios llamado Perdón Total”.
Esto creó un pequeño desafío, como podrás imaginar.
No había nadie a quien perdonar. Todo lo que Yo he creado es Perfección y Amor.
“¿Nadie a quién perdonar?”, preguntó la Pequeña Alma, con cierta incredulidad.
“Nadie”, repetí. “Mira a tu alrededor. ¿Ves algún alma menos perfecta, menos maravillosa que tú?”
La Pequeña Alma giró a su alrededor y se sorprendió al verse rodeada por todas las almas en el cielo. Habían llegado desde lejos, de todos los confines del Reino, porque escucharon que la Pequeña Alma sostenía una extraordinaria conversación con Dios.
“¡No veo a nadie menos perfecto que yo!”, exclamó la Pequeña Alma.
“¿A quién tendré que perdonar entonces?”
En ese momento, otra alma se acercó de entre la multitud. “Puedes perdonarme a mí”, dijo esta Alma Amistosa.
“¿Por qué?”, preguntó la Pequeña Alma. “Llegaré en tu próxima vida física y te haré algo, para que perdones”, respondió el Alma Amistosa.
“Pero, ¿Qué? ¿Cómo podrías tú, un ser de tan Perfecta Luz, hacer que desee perdonarte?”, quiso saber la Pequeña Alma.
“Oh”, sonrió el Alma Amistosa, “estoy segura de que podemos pensar en algo”.
“Por qué deseas hacer esto?” La Pequeña Alma no podía comprender por qué un ser de tal perfección deseaba disminuir tanto su vibración, que pudiera en realidad hacer algo “malo”.
“Simple”, explicó el Alma Amistosa, “lo haré porque te amo. Deseas experimentar a tu Yo Perdonando, ¿no es así? Además, hiciste lo mismo por mí”. “¿Lo hice?”, preguntó la Pequeña Alma.
“Por supuesto. ¿No lo recuerdas? Hemos sido Todo de Eso, tú y yo. Hemos sido el Arriba y el Abajo y la Izquierda y la Derecha. Hemos sido el Aquí y el Allí y el Ahora y el Entonces. Hemos sido lo Grande y lo Pequeño, el Hombre y la Mujer, el Dios y lo Malo. Todos hemos sido el Todo de Eso.
Lo hicimos por acuerdo, para que cada una de nosotras pudiera experimentarse a sí misma como La Parte Suprema de Dios, porque comprendimos que...
“En la ausencia de eso que No eres, Eso Que Eres NO es.”
“En ausencia del "frío" no puedes sentir "calor". En ausencia de la "tristeza", no puedes estar "feliz"; sin eso que llaman "mal", la experiencia que llaman "bien" no puede existir.
“Si eliges ser una cosa, algo o alguien opuesto a eso tiene que mostrarse en algún lugar de tú universo para hacer eso posible”.
El Alma Amistosa explicó entonces que esas personas son ángeles Especiales de Dios y esas condiciones son Regalos de Dios.
“Sólo pediré una cosa a cambio”, dijo el Alma Amistosa.
“¡Cualquier cosa! Cualquier cosa”, respondió la Pequeña Alma. Estaba entusiasmada al saber que podría experimentar cada Aspecto Divino de Dios. Entonces comprendió el Plan.
“En el momento en que yo te golpee y te aniquile”, dijo el Alma Amistosa, “en el momento en que yo te haga lo peor que puedas imaginar, en ese mismo momento... recuerda Quién Soy Realmente”.
“¡Oh, no lo olvidaré!”, prometió la Pequeña Alma. “Te veré en la perfección en la que tengo ahora y recordaré siempre Quién Eres”.
Es una historia extraordinaria, una parábola increíble.
La promesa de la Pequeña Alma es la promesa que Yo te hago. Eso es lo que no cambia. Sin embargo, Mi Pequeña Alma, ¿has cumplido esta promesa con los demás?
No, me entristece decir que no.
No estés triste. Sé feliz al notar lo que es verdad y está alegre por tu decisión de vivir una nueva verdad.
Dios es una obra en progreso, al igual que tú. Recuerda siempre esto:
Si te vez como Dios te ve, sonreirás mucho.
Ahora, vayan y véanse mutuamente como Quienes Son Realmente.
Observen, observen. OBSERVEN.
Ya te dije que la diferencia principal entre ustedes y los seres muy evolucionados es que ellos observan más.
Si desean aumentar la velocidad con que están evolucionando, traten de observar más.
Eso en si, es una observación maravillosa.
Ahora haré que observes que tú también eres un evento. Eres un humano, coma, un ser. Eres un proceso. En cualquier “momento” dado eres el producto de tu proceso.
Eres el Creador y lo Creado. Te estoy diciendo estas cosas una y otra vez, en estos últimos momentos que pasamos juntos. Las estoy repitiendo para que las escuches y las comprendas.
Ahora, este proceso que tú y Yo somos es eterno. Siempre fue, es ahora y siempre estará ocurriendo. No necesita “ayuda” de ti para que ocurra. Sucede “automáticamente”. Cuando se deja en paz, sucede perfectamente.
Hay otro dicho que Werner Erhard comentó en tu cultura: La vida se soluciona a sí misma en el proceso de la vida en sí.
Algunos movimientos espirituales entienden esto como “libera y libera a Dios”. Es una buena comprensión.
Si sólo te liberas, te quitas del “camino”. El “camino” es El Proceso, que se llama vida en sí. Por eso, todos los maestros han dicho: “Yo soy la vida y el camino”. Comprendieron perfectamente lo que dije aquí. Ellos son la vida y ellos son el camino, el evento en progreso, El Proceso.
Lo único que te pide la sabiduría que hagas es confiar en El Proceso. Esto es, confiar en Dios. Si lo deseas, confiar en ti mismo, porque Tú Eres Dios.
Recuerda, Todos Somos Uno.
¿Cómo puedo “confiar en el proceso”, cuando el “proceso” (la vida) me proporciona cosas que no me gustan?
¡Aprecia las cosas que la vida te da!
Conoce y comprende que estás proporcionándolas a tu Yo.
VE LA PERFECCIÓN.
Vela en todo, no sólo en las cosas que llamas perfectas. Ya te expliqué con detenimiento en esta trilogía por qué suceden las cosas de la manera como suceden y cómo. No necesitas leer de nuevo ese material aquí, aunque podría beneficiarte revisarlo con frecuencia, hasta que lo comprendas plenamente.
Por favor, sólo sobre este punto, una perspectiva resumida. Por favor. ¿cómo puedo “ver la perfección” de algo que experimento como no perfecto?
Nadie puede crear tu experiencia de nada.
Otros seres pueden (y lo hacen) cocrear las circunstancias externas y los eventos de la vida que viven en común, pero algo que nadie más puede hacer es obligarte a tener una experiencia de NADA que no elijas experimentar.
En esto, eres un ser Supremo. Nadie, NADIE puede decirte “como ser”.
El mundo puede presentarte circunstancias, pero sólo tú decides lo que significan esas circunstancias.
Recuerda la verdad que te di hace tiempo.
Nada importa.

Conversaciones con Dios III Neale Donal Walsch.