lunes, 1 de marzo de 2010
Receptividad
28. Receptividad
Escuchar es uno de los secretos básicos para entrar en el templo de Dios. Escuchar significa pasividad. Escuchar significa olvidarte de ti completamente. Sólo entonces puedes escuchar.
Cuando escuchas atentamente a alguien, te olvidas de ti mismo. Si no te puedes olvidar de ti mismo, nunca escucharás. Si eres demasiado auto consciente de ti mismo, simplemente aparentas que estás escuchando, pero no escuchas. Puedes asentir con la cabeza; puedes algunas veces decir sí o no, pero no estás escuchando.
Cuando escuchas, tu te conviertes simplemente en un canal, en una pasividad, en una receptividad, en una matriz: te vuelves femenino. Y para "llegar", uno tiene que volverse femenino. Tu no puedes llegar a Dios como invasor agresivo, como conquistador. Solamente puedes llegar a Dios... o es mejor decir: Dios puede llegar a ti solamente cuando eres receptivo. Cuando te conviertes en Yin, en una receptividad, la puerta se abre. Y tú esperas. Escuchar es el arte de volverse pasivo.
Comentario:
La receptividad representa lo femenino; es la cualidad receptiva del agua y de las emociones. Sus brazos se extienden hacia arriba para recibir y ella está totalmente sumergida en el agua. No tiene cabeza, no tiene una mente ocupada y agresiva que oculte su receptividad pura y, a medida que se llena, está vaciándose continuamente, desbordándose y recibiendo más. El modelo o matriz de loto que emerge de ella, representa la armonía perfecta del universo, que se vuelve evidente cuando sintonizamos al unísono con ella.
La Reina del Agua trae un tiempo de desapego y gratitud por lo que la vida nos trae, sin expectativas o demandas. No importa ni el deber ni un pensamiento de mérito o recompensa. La sensibilidad, la intuición y la compasión son las cualidades que brillan ahora, disolviendo todos los obstáculos que nos mantienen separados a unos de otros y del todo.
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