domingo, 18 de diciembre de 2011

PALADARES


CÁBALA DE LA LUZ

PALADARES

-“ Y no pudieron beber de esos líquidos porque eran amargos”, dice la Escritura.
Le gritaron a Moisés, le exigieron agua dulce. Moisés fue y les endulzó el agua, y ellos bebieron.
El maestro nos dijo¨:
-Está escrito que no pudieron beber de esos líquidos porque eran amargos.
No los líquidos, ellos, los bebedores eran amargos y todo los que se conectaba con ellos se tornaba amargo.
Y después enseñó el maestro:
Dijo el maestro de Safed, discípulo del rabino Kouk:
-El mal es nuestra manera de saborear el universo. Queremos que nos venga hecho a medida, que se nos sirva y se nos brinde como agua en la boca. Cuando no es así, nos resentimos y nos volvemos amargos. Pero no tomamos conciencia de que es nuestro paladar el que establece la amargura y la vuelca sobre el exterior. Decimos que tales cosas que nos ocurren son malas, y no sabemos apreciarlas en su dimensión extratemporal, arrancándolos del momento actual y del beneficio, provecho, o aparente pérdida que nos producen. Es que así estamos hechos por nuestra educación, confundiendo el bien con el provecho momentáneo, y el mal con la pérdida momentánea. Si supiéramos elevarnos, como Abraham, por encima de los sucesos con otra mirada, con el ojo que es Ain, que es 70 y que es Sd, Sod, secreto.
Nos miró para ver si veíamos, luego siguió hablando y dijo:
-No juzguen los acontecimientos de acuerdo con la miserable vara de la conveniencia, del ego que no quiere perder nada, que quiere ganar todo, y que no es capaz de ver más allá de sus narices. Cada instante es un momento en el camino, pero el sentido está en la totalidad del camino. Vive cada instante, es cierto, como si fuera el último, pero no te apresures a juzgar, a etiquetar, a decir mal, a decir bien.

No entendíamos, pero no nos atrevíamos a interrogar.
El maestro lo notó en nuestros ojos opacos, nublados.
-Les daré un ejemplo para que ilumine las mentes. Piensen en José, que fue vendido por sus hermanos, que fue ultrajado, que fue humillado en calidad de esclavo, y que finalmente llegó a la altura de ministro supremo en Egipto, y todo ello ¿para qué? Para salvar luego a su familia y a todos los pueblos del hambre. Los pasos de la vida se van uniendo en el misterio y allí esbozan un diseño que hasta el final de la vida no es visible. Cuando Serpiente incorpora en nosotros el árbol del saber del bien y el mal, es árbol de falsa sabiduría. Ahí bien y mal es negocio, provecho, poder. Es alucinación. El camino de la totalidad es el que decide. Lo momentáneo conduce a algún lado que desconoces.
-¿Entonces cómo comportarnos ahora, maestro, si desconocemos el valor de cada acto nuestro y éste depende de la trama total, la anterior y la FUTURA?- pregunté, casi desesperado.
El maestro expresó, midiendo cada letra:
- Tu estás frente a un hoy absoluto, y en él debes entregarte todo. La consecuencia de tu acción la desconoces. Tener fe no es saber, es confiar.
Si tienes fe confías en que tus pasos finitos promueven un diseño, una novedad un aleteo en el in-finito. La fe es entrega total, e ignorancia total al mismo tiempo, y luego confianza total.

Nos callamos.
El Sol marchaba hacia el occidente.
Recuerdo que me dije:
-La desaparición del Sol no es mala ; es . Y yo debo abstenerme de la amargura, pase lo que pase.
Y recuerdo que me dije:
-Pero no es fácil, no es fácil…
Y me contesté:
-No estamos para lo fácil, no…
Jaime Barylko