miércoles, 24 de noviembre de 2010

Janucá "Fiesta de las luces"


Janucá
De Wikipedia

El candelabro de 9 brazos, la Januquiá, en recuerdo del milagro del aceite.
Nombre oficial חֲנֻכָּה, y sin puntuación diacrítica חנוכה
Otros nombres Fiesta de las Luminarias
Tipo Fiesta judía
Celebrada por Judaísmo

Janucá (חֲנֻכָּה, y sin puntuación diacrítica חנוכה), llamada la "Fiesta de las luces", es una festividad judaica que es celebrada durante ocho días, y en la que se conmemora la derrota de los helenos y la recuperación de la independencia judía a manos de los macabeos sobre los griegos, y la posterior purificación del Templo de Jerusalén de los iconos paganos, en el siglo II aC.

La tradición judía habla de un milagro, en el que pudo encenderse el candelabro del Templo durante ocho días consecutivos con una exigua cantidad de aceite, que alcanzaba solo para uno. Esto dió origen a la principal costumbre de la festividad, que es la de encender, en forma progresiva, un candelabro de nueve brazos llamado Janukiá (uno por cada uno de los días más un brazo "piloto").

La festividad acontece el 25 de Kislev del calendario judío, fecha acaece entre fines de noviembre y fines de diciembre del calendario gregoriano(En 2010 es el 1 de diciembre)
Origen
La festividad de Janucâ es desde la época de la hegemonía helénica en Israel, comenzada con la conquista de Alejandro Magno, en el año 332 a. C.; y por supuesto, no se hace mención a ella en las Escrituras. Cuando se corona como rey de Siria a Antíoco IV Epífanes (175 y 164 a. C.), éste decide helenizar al pueblo de Israel, prohibiéndole así a los judíos seguir sus tradiciones y costumbres. Un grupo de judíos conocido como los Macabeos (dado que su líder era Yehudá Macabi), provenientes de la zona de Modi'ín, comenzaron a rebelarse contra los soldados griegos, negándose a realizar actos que iban en contra de su propia religión. Tuvieron una lucha difícil, y eran una minoría contra el ejército griego; sin embargo su estrategia, decisión y fe los condujeron al milagro de hánuca: ganar pocos contra muchos.

Según el Talmud (Gemara, Shabbat 21), cuando termina la guerra, los macabeos regresan a Jerusalén y encuentran el Santo Templo profanado, con la menorá (un candelabro de siete brazos) apagada, y aceite ritualmente puro suficiente para encenderlo un sólo día. Tardaron ocho días en conseguir más aceite; y sin embargo, el poco que tenían mantuvo encendida la menorá durante todo ese tiempo.

Janucá también se menciona en 1 Macabeos y en 2 Macabeos. El primero narra: "Durante ocho días celebraron la dedicación del altar... Entonces Judas y sus hermanos y toda la asamblea de Israel, decidieron que la consagración del nuevo altar se debía celebrar cada año con gozo y alegría durante ocho días, a partir del día veinticinco del mes de kislev" (1 Macabeos 4:56-59). De acuerdo a 2 Macabeos (10:6-8), "lo celebraron con alegría durante ocho días, a la manera de la fiesta de los Tabernáculos... toda la asamblea aprobó y publicó un decreto en el que se ordenaba que todo el pueblo judío celebrara cada año estos días de fiesta."

El martirio de Hannah y sus siete hijos también ha sido relacionado con Hanukkah. Según una historia del Talmud (Gittin 57b) y 2 Macabeos 7, una mujer judía llamada Hannah y sus siete hijos eran torturados y ejecutados por Antíoco por negarse a comer cerdo, que habría sido una violación de la ley judía.

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Una princesa judía no espera por su príncipe:por Lori Palatnik

Hay una ley judía que dice que después de haber encendido la janukiá, las mujeres tienen prohibido realizar cualquier tipo de trabajo durante 30 minutos. Ellas deben disfrutar del brillo de las luces. ¿Por qué? Porque fue precisamente una mujer judía la que salvó el día, ella produjo un vuelco en la guerra contra los greco-sirios, resultando en una victoria para el pueblo judío.

Estas son las cosas que nunca te enseñaron en la escuela judía.

Su nombre era Yehudit, o Judit. Era una joven viuda, la hija de Yojanán, el Sumo Sacerdote. Su ciudad estaba sitiada por el general greco-sirio Holofernes. Estaban matando a todo los pobladores judíos de hambre y los hombres estaban a punto de rendirse. Ella intentó detenerlos, diciéndoles que no se dieran por vencidos, que eran el pueblo de Dios y que debían tener fe.

Y eso no fue todo lo que ella hizo. Se escabulló a través de las paredes de la ciudad con una canasta de queso de cabra salado y vino, cubierta con un paño. Se acercó al campamento del enemigo y, utilizando sus "estrategias femeninas", entró a la mismísima tienda privada del general. Ella le ofreció el queso hecho en casa, el comió enérgicamente y se tomó todo el vino.

Yehudit esperó, y cuando el general ya estaba borracho, ella le arrebató su espada y le cortó la cabeza. Puso la sangrienta cabeza en su canasta, la cubrió con el paño y calmadamente salió de la tienda.

Al regresar a la ciudad, ella les mostró a los hombres la cabeza del general. Impactados, la exhibieron en la plaza de la ciudad para que todos la vieran. Después de superar la vergüenza (ya que esta joven viuda había actuado con valentía mientras ellos estaban listos para rendirse), los hombres fueron impulsados a la acción.

Yehudit les dijo que ahora era el momento de actuar, pues cuando los soldados griegos descubrieran el cuerpo decapitado de su general, su espíritu seguramente decaería.

Los hombres judíos atacaron, y vencieron. La noticia se expandió por todo Israel, y el pueblo judío recibió inspiración para levantarse y pelear.

Tomó tiempo, pero la victoria eventualmente fue nuestra, todo gracias a una joven mujer judía que nunca escuchó la canción "Algún día mi príncipe vendrá", como Blanca Nieves. En vez de esperar a su príncipe ella miró a su Rey, el Todopoderoso, luego, ella se levantó y se hizo cargo del asunto.
por Lori Palatnik
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"Los imperios egipcios, babilónico y persa, crecieron, llenaron el planeta con sonido y esplendor, y después desaparecieron como parte de un sueño. Después aparecieron los griegos y los romanos e hicieron mucho ruido pero también desaparecieron. Otros pueblos, asimismo, han crecido y mantenido su antorcha prendida por algún tiempo, pero finalmente se les apagó y ahora viven en la oscuridad o ya no existen. El judío estuvo ahí, observó todo y les ganó a todos, pues ahora es lo que siempre fue, no ha mostrado decadencia ni pérdidas por los años, ni se han debilitado sus partes, tampoco han disminuido sus energías; se han mantenido alertas y su mente agresiva no se ha adormecido. Todo es mortal excepto el judío; todas las demás fuerzas pasan, pero él se mantiene".
- Mark Twain