El árbol marca un centro, indica un espacio y convoca a reunirse.
El árbol cambia en el tiempo, con las estaciones y con el paso de los años.
El árbol, como los libros, tiene hojas que ayudan a relacionarse con el entorno.
El árbol brinda sus frutos amorosa y generosamente, como los grandes maestros que brindan sus conocimientos.
El árbol se nutre por sus raíces con lo más denso y por sus hojas con la sutilidad de la luz.
El árbol no muere, deja su semilla, o muere de pie para transformarse en madera, carbón, abono, papel....
Su madera se convierte en cuna y en ataúd.
Sus frutos se convierten en alimento.
Sus flores nos brindan belleza y perfume.
Sus raíces nos sirven de ejemplo de arraigo.
Su tronco une el cielo con la tierra y nos sirve de respaldo.
Su fronda nos protege de las inclemencias del tiempo.
Su presencia nos acompaña en el silencio de nuestros pensamientos.
El árbol cambia en el tiempo, con las estaciones y con el paso de los años.
El árbol, como los libros, tiene hojas que ayudan a relacionarse con el entorno.
El árbol brinda sus frutos amorosa y generosamente, como los grandes maestros que brindan sus conocimientos.
El árbol se nutre por sus raíces con lo más denso y por sus hojas con la sutilidad de la luz.
El árbol no muere, deja su semilla, o muere de pie para transformarse en madera, carbón, abono, papel....
Su madera se convierte en cuna y en ataúd.
Sus frutos se convierten en alimento.
Sus flores nos brindan belleza y perfume.
Sus raíces nos sirven de ejemplo de arraigo.
Su tronco une el cielo con la tierra y nos sirve de respaldo.
Su fronda nos protege de las inclemencias del tiempo.
Su presencia nos acompaña en el silencio de nuestros pensamientos.