domingo, 15 de agosto de 2010

Energético y duro cuando hace falta...


ESO ES MUY COMPROMETIDO

Si nos cuesta tanto caernos del caballo es porque la religión se ha identificado con el poder, endureciéndose, embruteciéndose en vez de sensibilizarse con la verdad. La religión no quiere ver la realidad del Tercer Mundo, porque si la ve, tendría que cambiar y soltar su poder.

Mirar a los pobres no es hacer un programa de ayuda desde el poder, sin sensibilizarse con la injusticia que provoca su pobreza. No se puede hacer un programa de amabilidad y ayuda sin bajarse hasta ello y vivir su vida como lo hizo Jesús. Desde arriba no puedes ver a los pobres como son. La amabilidad no son sonrisas ni buenas palabras mientras das una limosna. La amabilidad es hacer lo que más conviene a la otra persona, según lo que necesita en ese momento.

El místico es amable, pero no deja de ser energético y duro cuando hace falta, y sabe responder, precisamente, porque es libre de prejuicios, de miedos, de poderes y de honores y por ello es capaz, en todo momento, de ser fiel a la verdad. Por eso no se amarga nunca ni se altera.

Tu acción debe de venir de tu sensibilidad, y no de tu ideología. Las matanzas, las injusticias y las guerras provienen de la ideología que ciega a uno a la realidad y lo endurece, la teoría puede servirte en algún momento, pero siempre que no desborde u oculte la realidad. Jesús era místico -hombre de vida- y por ello obraba sensibilizado por la vida. Por ello, Jesús, para la gente programada, resulta inconsciente, imprevisto, inaprensible y asusta. Prefieren hacerse una ideología que se pueda programar y utilizar. Algo que no escape de toda categoría y esquema. Jesús predicaba con la vida y eso es muy comprometido.

La concientización social no existe. El no dejar ver las cosas a los pobres y querer mirarlas por ellos, es ser indoctrinados, es manipularlos y no respetar su derecho a la liberación por sí mismos. Cuidado de que, con la idea programada de liberarlos, no quitarles su espontaneidad, su alegría y su cultura primitiva. El trabajo social que no brote de la sensibilidad y el respeto es peligroso. Con el nombre de salvación también existe la utilización, la persecución, la explotación y la crueldad.

Yo he conocido pobres, muy pobres, que se sentían muy felices a pesar de que no comían más que una vez al día. Ellos estaban a un nivel espiritual mucho más alto que el mío.

Sencillez, alegría y el vivir libre de preocupaciones futuras es algo que tiene un sentido mucho más real en los pobres que en nosotros, los programados. Ellos están libres de conceptos.

Jesucristo se sensibilizó a la vida y no a la religión. ¿Cómo puedes amar lo que no has vivido si ni siquiera has visto con ojos despiertos? Tu vocación es ser "Cristo", no cristiano. Ser sensible y abierto a las personas y a la vida. Ser libre, directo, inconsciente, imprevisible, como El lo fue.

OPCIÓN POR LA VERDAD

¿Tomó Jesús opción de clase? No te va a ser fácil saber dónde está el pobre. Jesús tomó opción por la verdad. El ser pobre no es un estado de felicidad, sino de injusticia. Hay pobres que se necesita ser duros con ellos para que despierten. Hay que tratar a cada persona según lo que ella necesita. Sensibilizarte con la injusticia siendo tú justo y así comenzarás a comprender la injusticia.

El místico es el revolucionario por excelencia. El no hace nada, porque todo se hace por medio de él. Se deja llevar por una fuerza que ni siquiera puede resistir: la fuerza de la verdad.

Ha habido místicos conflictivos, pero allí no se metía su "ego". Cada uno sabrá lo que debe hacer si está abierto y sensibilizado a la verdad, como Jesús. No hace falta saber de dónde vino el mal, sino saber el porqué del mal que padeces ahora, de dónde procede.

Una vez que yo esté sensibilizado con las cosas, con las personas y conmigo mismo, no hace falta que me digan lo que es bueno y lo que es malo, porque me será imposible cerrar los ojos a la realidad, y por ello no podré optar por el mal. Yo, entonces, no podré aprobar lo que haces tú, si es un mal objetivo, pero tampoco podré obligarte a hacer lo contrario, ni dirigirte o reformarte. Trataré de ayudarte a que ese mal no exista, y esperar a que tú despiertes. Gandhi decía: "El que quiera venir a luchar conmigo para liberar la patria, tendrá antes que purificarse, pues, de lo contrario, acabaríamos liberándonos de una opresión para caer en otra peor". Hay que lanzarse a la batalla sin ningún rastro de odio para que esa batalla sirva para algo. Liberarte del odio es lo mismo que liberarte de tu miedo, pues el miedo es lo que produce el odio. Y si el miedo es por ti mismo, es que te estás odiando, y si anida el odio en ti, odiarás a todo el mundo.

Para ser místico no necesito estar en un monasterio. Se puede muy bien ser pobre e ignorante de teorías y de leyes y ser místico. Lo que hace falta es estar despierto a la vida. Lo importante es liberarte para ser tú mismo, y eso lo puede hacer tanto un seglar como un monje. Quizá un monje, con la dificultad de una comunidad cerrada, donde se originan tantos roces, te da pie para descubrir más claramente tus enfermedades, y de sufrir sobre todo. Es el sufrimiento lo que te ayuda a despertar. El encuentro con la realidad.

El estar despierto y mirar sin engaños no quiere decir que desaparezca tu programación, sino que allí estará, pero la verás claramente, y al apego le llamarás apego, a lo que creías amor lo llamarás egoísmo. El apego habrá perdido la batalla cuando lo descubras, y ya no tendrá el poder que la inconsciencia le daba. Tú mandarás sobre él.
ANTHONY DE MELLO