sábado, 28 de noviembre de 2009

Sellada al vacio.


Si ya estoy marcada a fuego

señalada, inundada de vos

que venís del cielo.

Si te pertenezco por derecho

y envión del círculo

son tus huellas las mías

esas que no borramos

que nos esperan, impregnadas

del dulce aliento de las ganas

de ansias postergadas, quemadas

de sueños celestes, abarrotados, fluyendo

livianos, asorados, iluminados.

Mis registros te anhelan, no sabes cuanto

los códigos de Leonardo.

Te esperan acurrucadas mis palomas

mis manos, mi cintura.

El acorde lento de motor, desvencijado
las dactilares intactas como mandalas.

Encantadas las ondinas me susurran

Él no esta tan lejos, cierra los ojos

abre las ventanas, huele su perfume

acaricia su alma.

Te visita no solo por las noches,

El Sol siempre anda , sobre sus ruedas

no detiene nunca su marcha.